el periódico La Vanguardia (www.lavanguardia.es) por fin ha desvelado su nuevo formato: siguiendo la tendencia, ha optado por unas dimensiones más reducidas y ha incrementado los efectos especiales e info- y foto-grafía en sus páginas.
no soy ninguna especialista en diseño de periódicos, y por lo tanto me guardaré de opinar / criticar sobre lo que tengo sobre la mesa hoy. otros periódicos han hecho antes un lifting similar (The Independent, The Observer, The Times, Le Monde, The Guardian, …) y normalmente han obtenido un incremento en las ventas. ojalá a La Vanguardia le pase lo mismo: a mi personalmente me parece un periódico bien escrito, fácil de leer, riguroso y ameno. supongo que todas estas cualidades se verán incluso potenciadas ahora con la nueva presentación. aunque yo personalmente, añoraré ese formato más grande, ciertamente incómodo, pero que lo hacía diferente a los demás… cierro paréntesis de vieja gruñona.
me intrigó saber cómo se presentaba la noticia desde las páginas del mismo periódico en el número de ayer, el primero con el nuevo formato, y lo que encontré fue lo siguiente:
o el diseño es instrumental en un periódico y está al servicio de la noticia
o la incorporación del diseño en La Vanguardia se hizo en 1989 de la mano de Milton Glaser
o hoy se reforma el diseño “de forma moderada”: no es un nuevo diseño sino una adaptación del diseño (de Glaser) “a las nuevas circunstancias”
- un artículo de título espectacular: “La Vanguardia reorganiza su redacción: el diario adopta un nuevo organigrama para afrontar el cambio de diseño”, que utiliza “diseño” en el sentido de concepción de formatos (periodísticos) y áreas informativas, es decir, de presentación de los contenidos
- un artículo de Màrius Serra, titulado “Feliz año nuevo” en el que por fin aparece el nombre del diseñador que ha hecho esta adaptación que no reforma y que no es otro que Pablo Martín. En este artículo, curiosamente, Serra poco menos que justifica la necesidad del rediseño solo porque en la cabecera que hizo Glaser no cabían las dos fechas que tienen que aparecer una vez al año (en la doble edición del primero de año). ¡si eso es así, el brief estaba chupado!
bueno, no sé. a mi todo esto me deja muy confusa. no entiendo por qué alguien, y menos una empresa de la talla de LV, tiene que excusarse por diseñar/rediseñar su producto y no sé por qué se sigue citando a Milton Glaser por algo hecho hace casi 20 años y casi se oculta el nombre de Pablo Martín que es quien se ha currado el proyecto actual y no sé por qué no se aprovecha y se saca un buen artículo sobre el diseño de periódicos, sus herramientas y su finalidad, con detalles y ejemplos.
al final, el bueno de Pablo, por cierto: ¡ENHORABUENA PABLO!, ni siquiera aparece en la crónica de sociedad de la fiesta de presentación que se hizo en la rotativa: sí se habla por activa y por pasiva del mal funcionamiento de un montacargas, pero no aparece ni una mala foto de alguno de los Godó junto a su diseñador.
esta vez tengo que admitir que no tengo referencias sobre el tema, ni buenas ni malas. o sea que espero que alguien quiera hacer una contribución brillante y explicarnos más sobre el diseño de periódicos o sobre el de este periódico en concreto.
3 comentarios:
Bienvenida a la blogosfera, Xenia ;)
Besos desde Oporto
Me vengo desde el blog de Álvaro Sobrino para leer la entrada sobre La Vanguardia y, bueno, no es exactamente lo que esperaba, aunque me ha gustado que pusiese "en limpio" algunas de las incoherencias y, por supuesto, la reivindicación del diseñador, frente al "relumbrón" del mito extranjero que nos pusieron hasta en la sopa hace 20 años -y ahora-.
El caso es que me he quedado sin que usted ni Álvaro Sobrino clavasen el bisturí en el análisis del diseño, ¡mecachis!
Aprovecho para agradecerle y felicitarla por su blog, que está entre mis favoritos desde casi su nacimiento.
muchas gracias Annie.
de hecho, estaba esperando unos días para que acabasen de asentarse los cambios en LV. sabes que no aguantaron ni una semana y que volvieron a poner "La Contra" como estaba, por ejemplo, y que han desaparecido tantos dibujitos...
quería ver en qué acababa todo eso.
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