En la primera entrega de esta serie de tres artículos en los que se trata de realizar un somero –y personal- análisis del sector del diseño español, revisaba los factores políticos, económicos, sociales y tecnológicos que podían llegar a ejercer alguna influencia en él. Hoy propongo otro de los modelos de análisis clásicos: el denominado “de las cinco fuerzas”[i]. Esta herramienta observa, como su nombre indica, cinco de los principales elementos que ejercen una presión combinada sobre el objeto de análisis, y que son: el entorno competitivo, los nuevos entrantes, los substitutos, los proveedores, y los clientes.
En cuanto al entorno competitivo del diseño en España, identifico siete factores:
- Los diseñadores jóvenes viajan, estudian en el extranjero, adquieren conocimientos complementarios y generan una oferta rica e innovadora, que responde bien a las nuevas necesidades del mercado.
- La demanda de diseño mejora en cantidad y en calidad[ii], por el crecimiento económico y por el acceso de una nueva generación a los puestos de mando de las empresas. En consecuencia, el sector del diseño crece, genera mayor riqueza y más empleo.
- La proliferación de estudios estimula la competencia y empuja a los diseñadores a conquistar nuevos espacios: el diseño se extiende por todo el Estado.
- La competencia, sin embargo, también genera tensión en los precios, especialmente en los segmentos inferiores del mercado.
- Los honorarios demasiado bajos conllevan a la larga una peor calidad en el servicio, porque no se genera un remanente que permita la actualización de conocimientos ni la renovación de medios materiales.
- La percepción “barata” del diseño genera por parte del cliente el irritante reflejo del “¡pero si no te cuesta nada!”, que no hace más que reforzar el círculo vicioso.
Otra de las fuerzas que influyen en el mercado es la que procede de los llamados nuevos entrantes. En el caso del diseño, éstos podrían ser:
- Los “egresados”: ignoro si existe en España una estimación del número de personas que, pertrechadas con un título expedido por algún establecimiento de la especialidad, se lanzan al mercado cada año, pero me da que son muchos.
- Entre ellos, un número creciente de extranjeros que, por un motivo u otro, ven España como un sitio ideal para estudiar; y en efecto, a la bondad de nuestro clima y a la simpatía que nos caracteriza, cabe añadir la llamémosla discreta política de calidad de algunos de nuestros establecimientos, que facilita el acceso a un título.
- Playa y sol y una cierta fama (hasta ahora) de economía dinámica, ejercen un efecto llamada entre creativos de las más distantes localizaciones que acuden en tropel a probar suerte en lugares como Barcelona y Madrid; también acuden grandes firmas extranjeras de prestigio, atraídas por los beneficios anunciados de nuestro IBEX 35.
- Finalmente, tenemos que incluir en este grupo los diseñadores de otros países que trabajan a distancia, subcontratados por empresas españolas. Siempre he pensado que son menos de los que deberían, visto la calidad de sus prestaciones y su nivel de precios; pero el profesional español, con toda su modernidad formal, es más bien conservador en sus métodos de gestión.
La tercera fuerza en este esquema es la de los substitutos, es decir, en nuestro caso, aquellos servicios que pueden ser contratados para suplantar al diseño profesional. Entre otros, identifico:
- Los tradicionales: ingenierías, agencias de publicidad, imprentas, empresas de señalización, etc., que tienden a considerar el diseño como una habilidad menor que pueden incorporar a su oferta casi de regalo, como “bonus”.
- En la misma lógica de ninguneo y con la ayuda de la tecnología, los propios demandantes de diseño se van incorporando a la lógica del “hágalo usted mismo”. Lo de saber comunicar el valor que agrega el diseño profesional sigue siendo una asignatura pendiente.
- Una asignatura que por lo visto no están dispuestas a impartir las escuelas de diseño que siguen ofreciendo los servicios de sus estudiantes (que pagan al establecimiento) como si fuesen servicios profesionales a unos terceros (que también pagan al establecimiento). Con ello, perjudican el mercado de sus clientes (los estudiantes) doblemente: al bajar precios (15 propuestas por el precio de una) y al reforzar la idea de que la profesionalidad no es un grado.
La tercera fuerza es la de los clientes y la cuarta es la de los proveedores: se trata de ver la capacidad de presión que ambos pueden ejercer en el mercado. Está claro que en el caso del mercado de diseño tanto unos como otros forman parte de entornos muy fragmentados y no pueden ejercer presión alguna, pero quiero apuntar un par de temas:
- Según lo visto en el apartado anterior, no solo no educamos al cliente sino que, si podemos, aprovechamos para confundirlo: es normal entonces lo de la tensión a la baja en los precios. En el mismo saco incluyo a un cliente especial que es la administración pública que no solo no incorpora una política de buen diseño a su gestión, sino que ignora sistemáticamente los rudimentos de la profesión que por otro lado promociona con aparato, e incurre una y otra vez en los mismos defectos y torpezas, a pesar de las reiteradas denuncias del sector.
- En cuanto a los proveedores, la falta de apreciación por el trabajo bien hecho, la tendencia hacia el precio cero y la rigidez de ciertas normativas hacen que el famoso cluster de diseño español se esté arruinando: los artesanos cierran, aburridos de pelearse con la administración y de trabajar por debajo del coste; los procesos se deslocalizan porque a nadie le importa la calidad de una buena imprenta o de un buen tapicero y, si le importa, tampoco está en disposición de pagarlo.
“¡Vaya amargada!”, pensarán algunos al llegar aquí. Pues no: soy crítica, es verdad, pero si yo estoy en este negocio es por algo. La solución, en el 3 de 3.
2 comentarios:
Hola,
Quizá estoy metiendo la pata, pero en relación a esto del número de "egresados", ANECA tiene el Libro Blanco de las Titulaciones de Ingeniería y sobre diseño industrial mencionan algunos datos interesantes:
- Sobre la inserción laboral y, resumiendo mucho, comentan que entre el 54% y 78% de los graduados encontró trabajo en el primer año (datos de 1999-2001).
- Sobre las ocupaciones solicitadas por los ingenieros técnicos de diseño industrial: el 30,2% aspira a ocupaciones de Ingeniero técnico de diseño, el 30% se dirige al grupo de Delineantes y diseñadores técnicos y el 36% como Diseñador gráfico, de prendas de vestir, dibujante publicitario...
- En relación a las ocupaciones: 8,6% se contratan como Ingeniero Téc. de Diseño, 22% de delineantes y diseñadores técnicos, 5% como diseñador de prendas de vestir/dibujante en general, 2% como representante comercial, vendedor técnico... el 57% se emplea en ocupaciones para las que no se requieren los conocimientos técnicos adquiridos.
- Una conclusión sobre diseño industrial:
Por su perfil de egreso, por su inserción en el mercado laboral y por su concentración geográfica, la titulación actual de Ingeniería Técnica de Diseño industrial es muy distinta de las restantes del ámbito de la Ingeniería industrial. Es además una titulación muy reciente y de rápido crecimiento, pero el gran aumento del número de parados, el subempleo y el bajo índice de contratos indefinidos señala que de una parte el perfil no se ajusta al mercado y de otra los empleadores desconocen su utilidad.
La inserción laboral de los ingenieros técnicos de diseño industrial en ocupaciones en las que se requiera la cualificación de ingeniero técnico es débil 11.1% (8,6% como Ingenieros técnicos de Diseño) pero además con índices de contratación indefinida muy bajos (3%). El mayor porcentaje 21,7% se centra en ocupaciones como Delineantes y diseñadores técnicos (ocupaciones 3010 con 16% de contratos indefinidos) y 5,3% Diseñadores y dibujantes (ocupaciones del grupo 3541 con 13% de contratos indefinidos).
- Sobre el número de matriculados, en esta gráfica se puede el pequeño boom de diseño industrial (y de ing. de materiales): gráfica
En fin, no quiero extenderme más; habría que leer detenidamente el informe (seguramente algunos de los datos que aquí comento estén fuera de contexto).
hola Pablo, es muy interesante lo que apuntas, en efecto. la verdad es que la titulación de ITDI siempre me ha parecido muy interesante: el perfil profesional es como el eslabón que falta entre el diseño conceptual y la puesta en producción.
resulta descorazonador, por lo tanto, que tan pocos egresados estén cumpliendo con la función que de ellos se espera, aunque en general el ratio de inserción a la vida laboral sea alto.
tengo que reconocer, de todas formas, que cuando hablo de escuelas de diseño, normalmente se me olvidan los estudios de ingeniería técnica. así que muchas gracias por la precisión y los datos.
Publicar un comentario